PERSONAJES
- El rey: se muestra como rey viejo (real y
prudente) y como rey – galán (soberbio e injusto), también como cargo y como
tirano. El hombre será la víctima de la injusticia y la pasión real, pero no
puede levantarse contra él. Sólo Dios puede castigarle. Lo normal es que el rey
se arrepienta, instaurándose de nuevo el orden social.
- El poderoso: (príncipe, marqués, conde…)
actúa como fuerza destructora de la armonía, y se hace culpable ante el pueblo
y el rey. En ocasiones, se arrepiente y se recupera la armonía, en otras es el
rey el que lo castiga (El caballero de Olmedo).
- El caballero tiene varias formulaciones
escénicas: padre viejo, esposo, hermano o galán. Las tres primeras presentan el
honor como atributo, lo que le obliga a guardar celosamente a la dama y
vengarse si el honor ha sido manchado.
- El galán (dentro de la clasificación de
caballero) y la dama son las figuras clave de toda la intriga. El galán se
caracteriza por su valor, generosidad, constancia, capacidad de sufrimiento,
idealismo, linaje… y la dama presenta como rasgos la belleza, audacia, linaje,
absoluta y apasionada dedicación amorosa
- El villano: el protagonista plebeyo de las
comedias villanescas, en las que el campo aparece como un lugar idílico hasta
que irrumpe el poderoso, atropellando vilmente el honor de los villanos.
- El gracioso (y la criada) presenta un
carácter funcional: es un contrapunto cómico a los parlamentos y acciones del
galán y la dama. Es, en general, cobarde y posee un sentido práctico de la
existencia. Pese a todo, la fidelidad a su señor no conoce límites, ni es
siempre ridículo, de hecho, en la mayoría de las ocasiones son seres muy
lúcidos (Tristán en El perro del hortelano).
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